Biografia De El Santo Entierro

Cofradía del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de los Dolores

El nerviosismo de la noche se va sosegando. Se ha rezado implorando la gracia divina. Suenan los golpes de campana de los capataces para anunciar que la Procesión Oficial del Viernes Santo va a comenzar su estación de penitencia desde la Santa Iglesia Catedral baezana. La gente congregada en la Plaza de Santa María contempla, como vuelan desde la escalinata los tronos de nuestras imágenes titulares que con gran destreza fueron talladas por el baezano Manuel Rodríguez Delgado en 1962, la del Cristo Yacente y por el cordobés Miguel Ángel González Jurado la de Nuestra Señora de los Dolores, en 1991.
Por la Cuesta de San Felipe Neri la procesión camina silenciosa, seña de identidad de esta Cofradía y que solo se ve alterada por el sonido de las parcas, que con su fúnebre sonido estimulan la reflexión del cofrade en la noche del entierro de Cristo.
Transcurrimos a continuación por San Juan de Ávila y Callejón de Pregonero símbolos del encanto del barrio monumental para desembocar por el Arco de Baeza (cruce de Gallardetes, como signo de concordia con la Cofradía de 'El Paso', por un antiguo pleito), en la Plaza de los Leones, por la que van apareciendo una tras otra las cinco cruces del Santo Sepulcro que sobre las casullas de terciopelo negro llevan con orgullo sus penitentes.
Por Portales Mercaderes se hace la entrada en el Paseo de la Constitución, donde nos aguarda la Agrupación Musical 'Francisco de la Poza' que a nuestro paso interpretará la marcha de Nuestra Señora de los Dolores. Son estos momentos de intensa emoción lo que nos dejan huella. Los horquilleros y horquilleras portando sobre sus hombros nuestras veneradas imágenes recorren con paso tranquilo la parte central del paseo. Mientras se oyen los acordes de esta magnífica marcha compuesta por el Maestro Martín Morales en 1991.
Salida del Paseo por Plaza de la Constitución y Cárcel, para que esta Cofradía de la primera mitad del siglo XVII llegue a la carrera oficial de la Semana Santa por el Prado de la Cárcel. Bella y serena estampa la que contemplamos de esta procesión oficial a su paso por el Ayuntamiento, obra de especial relevancia dentro del plateresco andaluz.
Poco a poco y cuando la entrada de la madrugada va dejando desiertas las calles nos dirigimos de nuevo a la Catedral. La calle San Francisco, la Plaza de España, Barreras, y Compañía van siendo testigo de nuestro desfilar callado. Nuestro trabajo y dedicación concluyen con el último esfuerzo en la Cuesta de San Felipe Neri, la Plaza de Santa María y S.l Catedral, donde de nuevo los capataces dirigen con maestría las maniobras de entrada al templo.
Por fin, las naves catedralicias participan satisfechas del deber cumplido. Un año más con el respeto que se merecen, hemos procesionado a Cristo Yacente y a su Madre la Virgen de los Dolores por las calles de Baeza, ciudad que vive y siente la Semana Santa.